¿Son los sacerdotes católicos abusadores sexuales?

Monseñor Timothy Dolan no tiene problemas en enfrentarse cara a cara contra el poderoso lobby anticatólico en Estados Unidos. Y muestra de ello son sus cartas semanales en The New York Times. En estos tiempos, los abusos sexuales son un tema recurrente para quien quiera atacar a la Iglesia Católica, a pesar de que este diario de EEUU ya tuvo que reconocer que su campaña por este asunto fue un auténtico fracaso.

Por ello, el arzobispo de Nueva York relata una experiencia personal que le ocurrió la pasada semana ante los ataques de ciudadanos por su condición de cura. Su respuesta fue bastante ingeniosa tal y como recoge ReL a través de la página del propio prelado.

En el aeropuerto de Denver, mientras esperaba el tren que le llevase a la terminal, un hombre se le acercó y le dijo: «¿es usted sacerdote católico?«, le preguntó. Éste respondió: «sí, claro, mucho gusto» y le tendió la mano, algo que su interlocutor ignoró.

Este hombre continuó asegurando que «crecí en un hogar católico y ahora soy padre de dos chicos, y no puedo mirarle a usted ni a ningún otro cura sin pensar en un abusador sexual«. En un primer momento, el arzobispo neoyorquino se quedó sorprendido. «¿Qué responder? ¿Chillarle? ¿Pedir disculpas? ¿Expresar comprensión?», se preguntaba.

Sin embargo, optó por otra estrategia. Tras recobrarse de esta acusación le dijo: «sin duda, lamento que los sienta así. Pero, déjeme preguntarle…¿automáticamente cree ver un abusador cuando ve un rabino o un ministro protestante?». El hombre respondió que «en absoluto».

El arzobispo siguió y le volvió a preguntar si «cuando ve un entrenador, un líder scout, un padre de acogida, un consejero o médico» opina lo mismo. Enfadado, este hombre indicó que «por supuesto que no» y se preguntó «qué tenía que ver con esto».

«Mucho», dijo Timothy Dolan, que añadió que «cada una de estas profesiones tiene un porcentaje de abusadores tan alto, quizá más, que los sacerdotes». Poco convencido, este señor se defendió diciendo: «pero la Iglesia es el único grupo que sabía lo que pasaba, no hizo nada, y se limitó a pasar los pervertidos de un lado a otro».

El prelado católico no se achantó. «Parece obvio que usted nunca vio las estadísticas sobre los profesores de colegios públicos. Sólo en mi ciudad de Nueva York, los expertos dicen que la proporción de abusos sexuales entre profesores de la escuela pública es diez veces más alta que entre los sacerdotes, y esos abusadores, simplemente, fueron transferidos de un sitio a otro».

El hombre que empezó llamándole abusador no contestó, por lo que Dolán siguió y le dijo que «perdone que sea tan contundente, pero usted lo fue conmigo, así que permítame preguntar: ¿cuándo usted se mira al espejo, ve un abusador sexual?«.

Sobresaltado, este hombre le preguntó que «de qué demonios me habla» y el arzobispo de Nueva York le explicó que «es triste, pero los estudios nos dicen que la mayoría de los niños abusados sexualmente son víctimas de sus padres o de otros miembros de la familia».

En ese momento, Dolan pensó que ya había sido bastante duro e intentó suavizar su argumento. «Le diré que, cuando le veo a usted, yo no veo un abusador, y apreciaría la misma consideración por su parte», agregó.

Ambos ya estaban en la zona de equipajes y salieron de ahí juntos. Este hombre le preguntó ¿por qué sólo oímos toda esa basura acerca de ustedes los curas?». Algo clave en este asunto. El prelado le indicó que «los mismo nos preguntamos nosotros. Tengo una serie de razones, si le interesa».

Mientras andaban, le dijo: «por un lado, los curas merecemos un escrutinio más intenso porque la gente confía más en nosotros, ya que osamos afirmar que representamos a Dios, así que si uno de nosotros hace esas cosas, aunque sólo una diminuta minoría lo haya hecho, es más desagradable. Segundo, me temo que hay muchos por ahí que no aman a la Iglesia y hacen lo que pueden por dañarnos. Este es un tema con el que adoran azotarnos sin descanso. Y tercero, y odio decirlo, se puede sacar mucho dinero denunciando a la Iglesia Católica, mientras que apenas vale la pena denunciar a alguno de los grupos que comenté antes».

Ya en la calle fuera de la terminal, este hombre si le quiso tender entonces la mano. «Gracias, encantado de haberle conocido, dijo. Y añadió que «pienso en los grandes sacerdotes que conocí de niño. Y ahora, que trabajo en IT en la Regis University, conozco algunos jesuitas devotos. No deberíamos juzgarles a todos ustedes por los horribles pecados de unos pocos«.

Fuente: Libertad Digital

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies